viernes, 20 de diciembre de 2013

El Cuadro Mejor Vendido -1936- (Gerardo Murillo, Dr. Atl)


El artista trabajaba despacio, luchando por llevar a la tela el paisaje vigoroso y trágico de Anáhuac, sumergido en esa luz extraña que todo lo define y todo lo ensombrece: el valle, las lomas pedregosas y cubiertas de cactus, los volcanes de conos plateados, y las montañas, azules como las olas del mar. 
Estaba de pie junto a una casita de adobes, en Santa María de Aztahuacán, pueblo adormecido y sucio que habitan gentes serias y suaves, como sus antepasados aztecas. 
Cuando el cuadro estuvo terminado, la dueña de la casita se le acercó poco a poco, preguntando: 
--¿Puedo mirarlo? 
--Sí, cómo no. 
La mujer lo miró con profundo interés, comparándolo con el paisaje real. 
--No es lo mismo-- comentó-- pero es más bonito aquí en la pintura que allá donde lo hizo Dios Nuestro Señor. Será que usted ha puesto en ella la inteligencia que Él le dio. 
--Gracias. ¿Le gusta? 
--Mucho, sí. ¡Quién pudiera tenerlo! 
--¿Por qué no me lo compra? 
--¿Yo?…¡Imposible, yo soy tan pobre! 
--Pues, como a usted le gusta, yo se lo doy por cinco pesos. 
La mujer sonrió, juntó las manos en actitud devota, y dijo emocionada: --¡Ay, señor! Yo tengo los cinco pesos, pero, la verdad…¿Cómo puede usted dármelo por tan poco? Tanto trabajo que le ha costado; tanta pintura, y luego, figúrese: no más en puros camiones se le han ido a usted más de cinco pesos. Mejor que hagamos un trato: yo le doy a usted el dinero, y usted me deja el cuadro por unos días, para estarlo viendo. 
--No, señora, se lo vendo por cinco pesos. 
--Bueno, entonces, venga conmigo. 
La mujer cogió el cuadro con respeto religioso, entró en la casita y lo colgó en la pared. Luego, sacó de un baúl una olla de barro y de ella unas cuantas moneditas de plata, de níquel y de cobre, y se puso a contarlas una por una. 
--Aquí tiene los cinco pesos, señor. Mucho me ha costado juntarlos, pero vea usted: me sobran diez y siete centavos para las velas, y así podré verlo de día y de noche, porque nunca me cansaré de verlo. 
           El artista puso los cinco pesos en el bolsillo, le dio las gracias, y se fue silbando, seguro de que en aquella casita de adobes grises, su cuadro quedaba más honrado y lleno de gloria que en la galería de arte más famosa del mundo

**Tomado del libro de cuentos "CUENTOS DE TODOS COLORES"

13 comentarios:

  1. hermoso, es de mis favoritos desde la secundaria, ahora que puedo hacer un poquito de arte, aplico esa filosofía y de vez en vez malbarato un trabajo cuando veo que al cliente le gusta mucho mi trabajo y no puede pagar el precio normal. Ing. Manuel Luis Jiménez. Pachuca, México.

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  2. El cuento está completo. El libro del que se tomó se llama Cuentos de otros colores, Ediciones Botas 1941. (Como ve Ud. ha de ser difícil de conseguir: en internet valecomo $3,000 pesos mexicanos por si le interesa https://www.iberlibro.com/primera-edicion-firmada/Cuentos-Todos-Colores-Vol-III-Atl/18083393993/bd)

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  3. Me encanto en espesial la
    Frase me inspiro a dibujar y me e buelto muy bueno

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  4. Es un cuento precioso que podría aplicarse a cualquier profesión cuando alguien no tenga para pagar sus servicios siempre hay que apoyar a esa persona que nos quede la satisfacción de haberlo hecho
    No se requieren mil páginas para expresar un mensaje tan bello

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  5. EL CUENTO VIENE COMPLETO EN EL LIBRO EL GALANO ARTE DE LEER VOLUMEN 1

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  6. Siempre que lo leeo lloro de emoción, me recuerda cuando hago trabajo sin cobrar, gracias a Dios puedo hacerlo. Mi solvencia económica me lo permite. Y siento en mi ser, una alegría de ver contentas a ellas

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  7. Mi maestro de primaria no lo recomendó y es muy bueno y soy de 5to

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